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jueves, 29 de noviembre de 2012

Monitoriza tu consumo



No suelo hacer publicidad de marcas o productos concretos. Probablemente haya otros aparatos comerciales similares. Pero la información que me ha llegado es ésta, la veo de utilidad y simplemente la comparto.

El aparato viene con un manual de utilización y una interesante guía del consumo inteligente.
 




  


¿Para qué nos puede servir?

  1. Para entender cuando y en qué estamos gastando más electricidad, y por tanto adecuar nuestros consumos de forma más eficiente.
  2. Para valorar si nos interesa o no cambiar de tarifa normal a tarifa con discriminación horaria. Ver el artículo sobre la tarifa con discriminación horaria
  3. Para analizar realmente cuanto consumo tenemos en Stand By. Ver el artículo sobre Stand By.
  4. Para llevar un registro informático de la evolución de nuestros consumos y poder tomar decisiones al respecto.

He visto el aparato anunciado en alguna página a un precio que ronda los 40 € (modelo antiguo) y de 69 € en su versión mejorada. Su instalación es sencilla y el visor es inalámbrico. Recibe la señal de forma remota desde el cuadro eléctrico donde se instala un sensor (alcance de 40 m). Mediante USB se pueden transferir los resultados a un PC para gestionar mejor la información, ver estadísticas, etc…

Un juguete para los que nos gusta cacharrear.

Más información en:


lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Quién se lo está llevando?

Noticia de hoy mismo en “El País”: Los productores acusan a Marruecos del hundimiento del precio del tomate.

Por resumir, el tomate marroquí, más competitivo que el nacional ha tirado los precios. A los productores se les está pagando el kilo de producto a 0,36 €. No hace falta deciros a cuanto lo pagamos los consumidores en las tiendas. El trasfondo tiene mucho calado. Detrás de esta situación está la lucha enconada entre productores y distribuidores por controlar la cadena alimentaria. Solamente cinco grandes grupos de distribución, según datos de Agricultura, concentran más del 40% de las ventas minoristas de los productos alimentarios, que ascienden a 67.500 millones de euros para consumo en los hogares.

Más de 300.000 agricultores y ganaderos, en peligro de extinción. Actualmente existe una situación de desequilibrio donde miles de proveedores se las tienen que ver con pocas centrales de compras. La gran distribución: los hipermercados y grandes superficies mantienen una posición de dominio, con poder de negociación casi absoluto.

Un análisis sobre la cadena agroalimentaria en España, dirigido por el profesor del IESE Juan José Toribio, ha llegado a la conclusión de que, de media, el 45,8% del precio de lo que pagan los clientes finales por los alimentos va directamente a los productores, el 20,6% a los transformadores, el 11,2% a los distribuidores logísticos y, finalmente, el 22,4% acaba en manos de la distribución minorista.

La Comisión Nacional de la Competencia en 2011, ante el clamor de la industria y del sector agrario, proclamó la necesidad de reequilibrar la situación.

Es un claro ejemplo de que no siempre la desregulación de los mercados lleva a una mayor competencia entre las empresas. Cuando el pez gordo se come al chico, sólo se beneficia el primero. Y las Administraciones miran para otro lado por miedo a ser tildadas de intervencionistas. No se lleva.

Las cadenas de distribución aplican mayores márgenes a las marcas de fabricante (MDF) que a sus marcas propias (entre 2 y 18 veces superior) con el fin de incitar al consumidor final a comprar la marca del distribuidor (MDD). Según un estudio realizado por The Brattle Group.

También se producen puntuales casos de “Dumping” (establecer un precio inferior para los productos  a sus propios costes de producción durante un tiempo para eliminar a la competencia). Esto puede ser beneficioso para el consumidor durante un periodo limitado de tiempo, pero a la larga reduce la diversidad de oferta y con ello la competencia.

Y en medio de toda esta guerra. ¿Cómo queda el consumidor?

lunes, 12 de noviembre de 2012

Lamparas LED. ¿Valen la pena?



Lamparas LED. ¿Merecen la pena?

Cada día se hace más necesario reducir el consumo eléctrico.
Según la OCU la factura de la luz ha subido un 10% en lo que va de año.  Si añadimos la subida del IVA, el incremento supera el 12%. Este incremento se suma al 14% sufrido durante el 2011.
España es el tercer país de la Unión Europea donde más cara es la electricidad. Cada español paga un 20% más que la media de los ciudadanos europeos, solo superados por Chipre y Malta. Luxemburgo, Francia o Finlandia, son los más baratos. Fuente: ABC.es

La factura de la electricidad se descompone en dos partes:
-El precio de la energía que consumes. Este importe se decide en subastas que las empresas productoras de electricidad realizan cada tres meses.
-El peaje de acceso a la energía, es decir, lo que pagas por lo que cuesta llevar la electricidad hasta tu casa. Esta cifra la fija el Gobierno.

Y lo peor de todo: Los operadores siguen quejándose del “déficit tarifario”. Con un gobierno que ha demostrado ser mucho más sensible a los intereses de las grandes empresas que a los de los consumidores, sólo podemos esperar nuevas subidas. ¿Cómo podemos minimizar el daño?

Ahorrar en luz sin inversión
En primer lugar, aconsejan utilizar siempre que sea posible la luz natural y pintar paredes y techos en colores claros, puesto que estos reflejan la luz mejor, y no la absorben. También es importante mantener limpias las lámparas y las pantallas

Ahorrar  luz con inversión inicial ¿Sí o No?
En primer lugar, hay que decir que existen cuatro grandes grupos de lámparas para el hogar:
o       Lámparas incandescentes: Desde septiembre de 2012 se prohíbe la venta de  bombillas incandescentes de cualquier potencia. Por lo tanto, a medida que nuestras lámparas se fundan deberemos ir sustituyéndolas por otras, evidentemente de menor consumo.


o       Lámparas halógenas: Son las segundas en cuanto a cantidad de consumo, aproximadamente el 60% de una de incandescencia de igual poder lumínico.
o       Lámparas fluorescentes de bajo consumo: Consumen aproximadamente la mitad que las halógenas, es decir, un 30% de lo que consumen las de incandescencia.
o       Lámparas LED: Consumen el 10% de su equivalente en incandescencia, o la tercera parte que una de fluorescente de bajo consumo. La inversión inicial es bastante más elevada, dado su precio, pero también tienen una vida útil significativamente más larga, con lo que evitaremos reposiciones.

Para realizar una comparación seria deberemos tener en cuenta múltiples factores. Fundamentalmente:
  • Potencia de la lámpara
  • Número de horas diarias en funcionamiento
  • Precio del KWh en cada momento
  • Precio inicial de compra de la lámpara con respecto a su vida útil (amortización)

Una comparativa de ejemplo, partiendo de un valor de potencia de una lámpara tradicional de 60 W, consideramos el gasto comparado con sus equivalentes a efectos de eficiencia lumínica y el importe del Kilowatio hora calculado a razón de 0'15 €. Obviamente, lo normal no es tener encendidas las luces una media de 10 horas diarias, pero nos sirve para hacernos una idea.
En estas condiciones los resultados son concluyentes. En el peor de los casos se ahorrarían 0,65 € al año por cada lámpara y hora diaria media de uso.

LED de 10 W
bombilla incandescencia
lámpara halógena
lámpara bajo consumo
Bombilla LED
Consumo real con identica eficiencia energética
60 W
35 W
18 W
10 W
Consumo a la hora (kWh)
0,060
0,035
0,018
0,10
Consumo total durante 1 año (Kw)
219,00
127,75
65,70
36,50
Importe consumo eléctrico 1 año
32,85 €
19,16 €
9,86 €
5,48 €
Importe consumo eléctrico 10 años
328,50 €
191,63 €
98,55 €
54,75 €
Vida de la lámpara
1.000 horas
3.000 horas
3.000 horas
alrededor de 40.000 horas
Sustituciones de lámparas en 10 años (en número de veces)
36
12
12
1
Precio de cada unidad
0,75 €
2,40 €
4,20 €
29€
Coste de mantenimiento
18
28,8 €
50,4 €
29€
Calculo aproximado del importe de costes a los 10 años
consumos + coste de las lámparas sustituidas
346 €
220,43 €
148,95 €
83,75 €
Ahorro sustituyendo la lámpara por LED
262,25 €
136,68 €
65,2 €

Ahorro por año (10 horas al día)
26,22 €
13,67 €
5,5 €

Ahorro por año y hora de uso
2,62 €
2,367 €
0,65 €



Cualquier análisis nos llevará a la misma conclusión: Nos merecerá más la pena sustituir una lámpara de cualquier tipo por una LED cuanto más:
  • Se use. Cuanto más tiempo esté la lámpara encendida al cabo del día. Esto es, deberemos sustituir principalmente aquellas lámparas de la cas que más se utilicen. 
  •  Se encarezca el KWh. Dado que pesará más la parte de consumo que la parte de inversión en la compra de la bombilla. 
  •  Potencia tenga la lámpara, pues el ahorro en KWh está calculado en términos porcentuales. Deberemos cambiar en primer lugar las lámparas de mayor potencia.
Para calcular los plazos de amortización, es decir, en qué momento recuperamos la inversión inicial y comenzamos a obtener beneficio, he desarrollado una hoja de cálculo donde se pueden especificar todas las condiciones: Precios de las lámparas, media de horas de funcionamiento diario, precio del KWh, horas de durabilidad teórica de las lámparas, potencia equivalente, etc…, Sólo hay que introducir los valores concretos en las celdas de fondo azul claro. Descargar hoja de cálculo aquí.

Nos calcula el gasto acumulado año a año y genera una gráfica para ver la evolución. A largo plazo,  veremos que siempre nos merecerá la pena el cambio a LED. Por ejemplo, para las siguientes condiciones:

CONDICIONES COMPARACIÓN

Media funcionamiento diario (horas)
3
Precio KWh
0,15
Potencia lámpara en Vatios equivalentes
60

CONDICIONES DE COMPRA DE LÁMPARAS
TIPO
PRECIO (€)
DURABILIDAD
EQUIVALENCIA
HORAS
 POTENCIA (W)
Lámpara LED
29
40000
9
Fluoresc bajo consumo
4,8
3000
18
Halógena

2,4
3000
36
Incandescente
0,75
1000
60





















Observamos que la amortización completa se produce en el octavo año, y además seguimos teniendo una lámpara LED practicamente nueva que seguirá generando ahorro mucho tiempo.